Diabetes tipo I y tipo II

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La diabetes tipo I es la que se da más en niños y es una enfermedad autoinmune, en la que el propio sistema inmunológico ataca al páncreas, que secreta la insulina.

Ante la falta de insulina, la solución es inyectarla, y tener muy en cuenta la cantidad de hidratos de carbono que se ingieren y el resto de componentes de la dieta para mantener la enfermedad a raya.

También es conveniente prestar atención al hecho de que en esta enfermedad el sistema inmune está afectado y que se puede mejorar la inflamación con unas buenas pautas.

La diabetes tipo II aparece en adultos (aunque cada vez más se adelanta la edad de aparición) y se debe, a pesar de la normal secreción de insulina, a una disminuida capacidad de las células del cuerpo de reaccionar ante ella, lo que se denomina “resistencia a la insulina”. Hay insulina pero las células no la reconocen y en consecuencia son incapaces de utilizar la glucosa en sangre, por lo que se acumula provocando la hiperglucemia.

Lo peor de ambos tipos de diabetes son sus complicaciones a largo plazo si no se controla: en riñones, nervios, pies, vista, problemas cardiovasculares, etc.

La buena noticia es que la diabetes tipo II es totalmente reversible con dieta y ejercicio si se coge a tiempo. Optar por usar insulina e ir aumentando su dosis no es una buena idea.

Adquiriendo unos hábitos de vida saludables se le puede dar un giro de 180º a esta dolencia. No lo dejes.